Se trata de una especie que parecía estar en extinción. Sí, la determinación de ser un “chulo piscina” era de la época de nuestros padres y ha sufrido una evolución con el tiempo. Igual que el término DJ, que ha ido cambiando hasta el punto en el que cuando tus padres te dicen algo como “¿qué música ha puesto el disc-jockey?” te suena hasta mal. ¿Disc jockey?! ¿Pero eso qué es? Así de sencillo todo. El caso es que con el tiempo, la sociedad ha ido evolucionando y creando nuevas palabras que se ajusten a un estilo de vida más moderno…más… ¿Actual? Sin embargo, el término de ser un chulo piscinas se ha transformado hasta el punto en el que aquél que era un chulo piscinas, lo ha dejado de ser. Es difícil de creer, pero ¿aún existe el hombre chulo de la piscina que se comporte como tal?
Yo supongo, a mis 21 años de edad, que cuando nuestros padres hablaban de ser un “chulo piscina” –o chulo piscinas, en plural– imaginaban a un chico guapo, musculado, moreno y con una sonrisa Trident. Sí, de aquellos hombres que llevan las Ray-Ban moteras a conjunto con un bañador…slip. De lo más atractivo, vaya. También lo debían imaginar con pelo en el pecho, y con unos andares típicos de abrir las piernas ligeramente, al compás con un leve movimiento de hombros, de derecha a izquierda. [A aquellos que no hayan entendido la descripción de este caminar tan sensual, que se imaginen la entrada de un guaperas en una película a cámara lenta, con la melena al viento. Pues es algo similar].
A lo que iba… que ya me estáis liando. Para ser un chulo piscinas –continúo con lo mío– hace falta tener algo más: LABIA. Y eso es muuuy pero que muuuuuy difícil de encontrar. Porque vamos, ahora vas por la piscina y por mucho que te sumerjas en el cloro (porque sí, ahora las piscinas tienen más cloro que agua) no lo vas a encontrar. Nuestra esperanza estaba en los socorristas, que SOLO ligan porque son socorristas. Que no me digan que el traje no les hace más sexys. Porque por muy feete que seas, si eres socorrista, ligas igual. Pero resulta que hasta los socorristas de hoy en día han perdido ese encanto de hablar con cualquier chica en el agua. ¿Entonces, qué se ha hecho de los chulos en las piscinas?
Porque los socorristas por no tener, no tienen ni ganas de salvar a nadie. Que la parsimonia se ha apoderado de ellos hasta tal punto de pegarles el culo en el asiento de plástico blanco sin ni tan siquiera tener ganas de coger los prismáticos. Que si yo fuera socorrista, los cogería para hacerme la interesante. AHORA EN SERIO. Todos hemos soñado poder coger unos prismáticos y, mirando al horizonte, chillar “Tiburón” para que todo el mundo salga corriendo del agua. O yo que sé, hacernos los muertos para que vengan a socorrerte y a orillas del mar hacerte el boca a boca. Pero que a este paso, perdiendo la labia mientras te quemas al Sol, si nos ahogamos, nos tendremos que socorrer nosotros mismos.
Porque no sé yo, pero si el chulo piscinas que las tenía a todas enamoradas desaparece -por muy cateto que pudiera ser- al menos nos alegraba el día con sus andares, su moreno y su labia, una labia que seguro se dejó en la piscina municipal…